Muchas son las profesiones que requieren un gran esfuerzo y que acaban suponiendo un alto grado de estrés y ansiedad para los que se dedican a ellas, pero entre ellas se puede destacar claramente la abogacía como una de las profesiones con mayor tasa de este tipo de problemas mentales.
La situación no es sencilla ya que los abogados suelen estar sometidos a un gran estrés, son conocidos por sus jornadas laborales muy largas y la necesidad de estar prácticamente en todo momento a disposición del cliente. Todo esto sumado a ambientes de alta competitividad en los que confesar que estás teniendo un problema de salud mental puede verse como un signo de debilidad o de que no soportas la carga que conlleva el trabajo de abogado. Es por esto muy común que entre los que ejercen esta profesión se den problemas mentales como ansiedad, estrés o el síndrome del burnout.
La ansiedad es sin duda algo que el abogado conoce y experimenta en el ejercicio de su oficio, es natural la angustia que se siente ante la exposición de un caso o ante la espera del veredicto, ya que si bien la consecuencia directa recae en el cliente, también para el abogado tiene repercusiones a nivel profesional o económicos. La ansiedad entendida como la reacción que tenemos ante este tipo de situaciones es normal y completamente natural, pero puede convertirse en un problema cuando esta aparece ante situaciones incontrolables y de una forma que nos afecte de manera visible a nivel laboral, social y personal.
Factores propios de la abogacía como son el tener que adaptarse a plazos inamovibles, la presión por exponer bien y ganar un caso, no olvidarte de nada en los procedimientos, planear adecuadamente la estrategia a seguir que procure un mayor beneficio a tu cliente y otros muchos factores son lo que hacen que, en este oficio, la ansiedad y el síndrome del burnout estén muy presentes, cayendo incluso en el error de asumir que son circunstancias propias de la profesión, ante las que nos resignamos y asumimos que ser abogado implica estar estresado o sufrir ansiedad, nada más lejos de la realidad.
El síndrome del burnout tiene mucho significado en nuestras vidas. Esta es una afección cada vez más común en trabajadores, y consiste en la respuesta de agotamiento mental ante el estrés crónico experimentado en nuestro ambiente laboral, es el culmen de ir progresivamente acumulando estrés por causas relacionadas con nuestro trabajo y la incapacidad de conciliar adecuadamente con nuestra vida personal. Se traduce literalmente como síndrome de “estar quemado”.
Los signos principales con los que se suele manifestar son: Agotamiento físico y mental, despersonalización (que puede implicar cinismo, irritabilidad o falta de motivación en el trabajo) y falta de sentido y de realización (que puede llevar a baja autoestima, frustración, etc.).
Si bien ya de por sí el síndrome de burnout tiene unos síntomas que pueden interferir gravemente en nuestra vida laboral y personal, se ha estudiado que, de no tratarse correctamente y prolongarlo, puede derivar en una multitud de problemas físicos y psicológicos de índole más grave como son:
– Insomnio.
– Depresión.
– Ansiedad.
– Adicción al alcohol, medicamentos o drogas.
– Obesidad.
– Úlceras.
– Etc.
Es importante considerar las consecuencias que puede llegar a tener esta sintomatología en nuestras vidas, no despreciarlos ni considerar que “es normal” sentirse así. Es fundamental que, de considerar que podría estar sufriendo de burnout, busque ayuda médica o psicológica para ver la mejor forma de tratarlo. Especialmente en la profesión de abogacía en la que ciertos prejuicios y la alta competitividad dan pie fácilmente a que el estrés crónico se acumule progresivamente y acabe por desembocar en este síndrome. Si ves que en tu día a día sufres de excesivo cansancio, falta de motivación por tu trabajo, no puedes “desconectar” de todo lo que tienes que hacer en el trabajo incluso cuando estás en casa o de vacaciones, ves como tus relaciones personales se resienten y te notas cada vez menos eficiente puede que estés sufriendo este síndrome, no dejes pasar la oportunidad de tratarlo eficazmente para mejorar tu calidad de vida y tu bienestar.
Recientemente se ha fundado en España el Instituto de Salud Mental en Abogacía (ISMA), una institución creada, según ella misma indica, a fin de “alcanzar el grado más alto posible de confort (físico, mental y social) para los actuales y futuros profesionales del sector legal, garantizando y fortaleciendo así el Estado de Derecho y los Derechos Humanos.”
Es, por tanto, una institución que busca promover la Salud mental entre los abogados y todos los trabajadores del sector legal, conocedores del problema del que hemos estado hablando de las altas exigencias y estrés laboral al que están sometidos gran cantidad de abogados, buscan ponerle solución promoviendo prácticas más saludables, un cambio de mentalidad en la que hablar de los propios problemas no sea tabú y buscar crear ambientes menos competitivos en los que una persona pueda realizarse, haciendo especial hincapié en la promoción de una correcta conciliación de la vida laboral y personal.
Un estudio publicado en la página web de esta institución revela como el 70% de los abogados afirma trabajar más de 40 horas semanales, un 13% trabaja de hecho más de 60 horas semanales. También destaca el dato de que 3 de cada 10 abogados encuestados dice que escogerían otra carrera profesional si pudiesen volver a elegir.
En vista de esta situación y de los estudios que evidencian las problemáticas en este sector laboral, el ISMA ha elaborado una Carta de los Negocios Saludables, a la cual pueden adscribirse los bufetes y empresas que quieran y que busca el compromiso con el Estado Mental de los trabajadores a través del compromiso en cinco puntos fundamentales:
– Conciliación entre la vida personal y familiar y la vida laboral, promoviendo la desconexión digital y una mayor flexibilidad en horarios presenciales, reuniones planeadas de antemano y con la duración establecida a priori, respeto de los periodos vacacionales, etc.
– Dignificación y humanización de la abogacía, promoviendo e implementando protocolos contra el acoso laboral, mejorando la relación abogado-cliente y promoviendo un cambio de mentalidad en el que los abogados puedan expresar sus preocupaciones por su bienestar y salud mental sin temor.
– Formación de abogados en bienestar, salud mental e inteligencia emocional y promover la implementación de recursos para la resolución de problemas en estos ámbitos.
– Promover hábitos saludables, bien a través de convenios con gimnasios o centros deportivos, bien ofreciendo comidas saludables y bebidas no alcohólicas en eventos y reuniones. También promoviendo que, en materia de correos electrónicos, no se espere que se responda inmediatamente a un correo enviado fuera del horario laboral.
– Promoción de la igualdad entre los profesionales jurídicos.
Como podemos observar, el cumplimiento de estos cinco puntos, en la medida de lo posible, se traducirá rápidamente en un mayor bienestar y satisfacción en los trabajadores, siendo así un factor de prevención para la ansiedad o el burnout.
Si bien hemos visto lo beneficiosos que pueden ser los puntos propuestos en la Carta de los Negocios Saludables, es posible que, como autónomo o como trabajador de una firma que no tenga en cuenta estas indicaciones, éstas estén lejos de tu realidad profesional diaria. Por esto vengo a darte algunos consejos que puedes intentar poner en práctica de cara a mejorar y reducir los niveles de estrés y de ansiedad que puedas estar sufriendo a raíz de tu profesión.
– Acude a un psicólogo. La terapia psicológica es la principal herramienta para el cuidado de la estabilidad mental. Además, para evitar tiempo y dinero en desplazamientos, ahora puedes hacer la terapia online.
– En la medida de lo posible ponte fechas y plazos realistas. Es cierto que no todo depende de nosotros, pero lo que sí depende es que seas realista y no te sobrecargues de trabajo.
– Cambia de mentalidad: De la perfección a la excelencia. No busquemos ir en pos de una perfección que exige el máximo y que no cometas fallos, busquemos en cambio una excelencia que sabe que hacemos todo lo posible con el tiempo, experiencia y recursos de los que disponemos, sabiendo que los fallos son parte del proceso. Aprendamos a ser más flexibles con las expectativas que muchas veces nos auto imponemos y que son el origen de nuestro estrés y ansiedad.
– Recuerda por qué y para qué lo haces. Ten presente siempre los motivos que te llevaron a escoger la abogacía y tu trabajo concreto, no perdamos el horizonte en las tareas y rutinas diarias, encontrémosle el sentido a lo que hacemos.
– Que tu satisfacción dependa de ti y no de los resultados. Es fácil y muy peligroso creer que nuestro trabajo vale únicamente en función de los resultados que obtenemos, del veredicto del juez que no depende de nosotros, y esto puede afectar negativamente a nuestra autoestima y satisfacción con nuestro trabajo. Busca en cambio parámetros que sí que dependan de tí para valorar lo bien o mal que has realizado tu trabajo independientemente del resultado obtenido al final del mismo, por ejemplo valorando la experiencia obtenida o el esfuerzo dedicado.
– Gestiona tu tiempo eficazmente. Una de las mayores fuentes de nerviosismo y ansiedad es la sensación de falta de tiempo, algo que tiene solución mediante cursos o recursos de gestión del tiempo.
Utiliza técnicas de relajación. No esperes únicamente al final del día para relajarte, existen técnicas de relajación como la meditación o los ejercicios de respiración que puedes hacer en una pausa de 10 minutos cuando sientas que tu estrés o ansiedad amenazan con desbordarse.