¿Cómo es la legítima defensa en España?
En España la legítima defensa es un concepto fundamental en el derecho penal, codificado en el art.
Artículos 20 y 21 del Código Penal.
Este principio reconoce el derecho de una persona a defenderse a sí misma, a otros o a su propiedad frente a una agresión ilícita y define las condiciones bajo las cuales el uso de la fuerza para repeler la agresión se considera legítimo.
Requisitos y condiciones:
- Agresión real o inminente: Para que se aplique una medida de autodefensa, debe haber ocurrido una agresión real o inminente. Esto significa que la amenaza debe ser real e inmediata, y la respuesta defensiva debe ser inmediata para evitar daño.
- Proporcionalidad: La respuesta defensiva debe ser proporcional al nivel de agresión recibida. Los medios utilizados para repeler la agresión no deben ser excesivos en relación con la gravedad de la amenaza. La respuesta se consideró apropiada y necesaria para prevenir la agresión.
- Necesidad: La autodefensa debe ser necesaria para evitar o repeler la agresión.
Esto significa que la persona que se defiende no tiene otra opción razonable para protegerse a sí misma o a otros más que usar la fuerza. - Prohibición de provocación: La legítima defensa no se aplica si el defensor crea intencionalmente o imprudentemente una situación peligrosa. En tales casos, la respuesta defensiva puede considerarse desproporcionada y, por tanto, ilícita.
Proteger los bienes jurídicos:
El derecho a la legítima defensa no sólo protege el derecho de una persona a la integridad física, sino que también protege otros derechos legales, como la propiedad o los derechos de terceros.
Por tanto, la protección de los bienes materiales también puede justificar el uso de la fuerza manteniendo los requisitos establecidos por la ley.
Revisión judicial:
Determinar si una acción constituye defensa propia es responsabilidad de los tribunales, que considerarán cada caso individual a la luz de todas las circunstancias relevantes.
Los jueces deben considerar si se cumplieron los requisitos legales y si la respuesta defensiva fue proporcionada y necesaria en relación con la agresión recibida.
Ejemplos:
- Una persona es atacada físicamente por otra y responde utilizando la fuerza necesaria para resistir el ataque y proteger su integridad física.
- Un ciudadano interviene para detener un ataque de un tercero utilizando la fuerza para defender al atacante.
- Un propietario defiende su casa contra un intruso que intenta entrar usando la fuerza para expulsar al intruso.
¿Cómo probar que ha sido legítima defensa?
para probar que una acción fue legítima defensa en España, se deben cumplir y acreditar los siguientes requisitos:
- Agresión ilegítima:
- Debe existir una agresión actual o inminente por parte del agresor, que ponga en peligro la vida, integridad física o bienes del que se defiende.
- La agresión debe ser ilegítima, es decir, que el agresor no tenga derecho a realizarla.
- Necesidad racional del medio empleado:
- La defensa debe ser proporcional a la agresión sufrida, utilizando los medios necesarios para repelerla.
- No debe haber existido otra alternativa menos lesiva para evitar la agresión.
- Falta de provocación suficiente por parte del que se defiende:
- El que se defiende no debe haber provocado la agresión de forma suficiente.
- La provocación debe ser adecuada para suscitar una reacción agresiva en una persona media.
- Ausencia de deber de soportar la agresión:
- El que se defiende no debe tener la obligación jurídica de soportar la agresión.
Para probar la legítima defensa, el imputado debe aportar evidencias que demuestren el cumplimiento de estos requisitos, como testimonios, informes periciales, grabaciones, etc.
El juez debe valorar si las pruebas presentadas logran convencerlo más allá de toda duda razonable de que se cumplieron los requisitos de la legítima defensa.
¿Es compatible la legitima defensa con el estado de embriaguez?
La compatibilidad de la defensa de intoxicación es un tema controvertido, analizado detalladamente en la práctica y doctrina judicial.
Ubicación general:
Tradicionalmente, la intoxicación se ha considerado incompatible con la necesidad de autodefensa porque requiere una evaluación racional de la situación y una respuesta correspondiente.
El consumo de alcohol afecta las capacidades cognitivas y el autocontrol, dificultando el cumplimiento de las normas de autodefensa.
Excepciones legales:
Sin embargo, la práctica judicial en muchos casos permite el cumplimiento del estado de ebriedad y la eximente de necesidad, sujeto a ciertos requisitos:
El estado de intoxicación no es lo suficientemente grave como para invalidar por completo las capacidades mentales del sujeto.
La embriaguez no se hace con la intención de cometer un delito.
A pesar del estado de ebriedad, el sujeto pudo evaluar racionalmente la situación y comportarse proporcionalmente.
Posición doctrinal:
Algunos autores sostienen que la embriaguez no debería excluir automáticamente la legítima defensa, sino que debería analizarse caso por caso.
Se argumenta que la intoxicación puede afectar la proporcionalidad de la defensa, pero no necesariamente la presencia de agresión ilícita y la necesidad de la defensa.
Casos especiales:
La práctica judicial es más estricta con los conductores ebrios y considera que la intoxicación no es una defensa esencial.
Sin embargo, algunos autores sostienen que incluso en tales casos, la legítima defensa puede estar permitida si se cumplen las condiciones.
A la legítima defensa está sometida a criterios de proporcionalidad
La compatibilidad de la defensa de intoxicación es un tema controvertido.
Ubicación general:
Tradicionalmente, la intoxicación se ha considerado incompatible con la necesidad de autodefensa porque requiere una evaluación racional de la situación y una respuesta correspondiente.
El consumo de alcohol afecta las capacidades cognitivas y el autocontrol, dificultando el cumplimiento de las normas de autodefensa.
La proporcionalidad es un principio fundamental que rige la legítima defensa en muchos ordenamientos jurídicos de todo el mundo, incluido el español.
Este principio establece que la respuesta defensiva debe ser apropiada y proporcionada a la amenaza percibida o real que enfrenta la persona defensora.
Valor de escala:
Proporción significa que la respuesta defensiva no debe ser excesiva en relación a la agresión recibida.
En otras palabras, la cantidad de fuerza utilizada para repeler la agresión debe ser adecuada y no exceder la fuerza necesaria para defenderse a uno mismo o a los demás.
Evaluar compatibilidad:
El tribunal evalúa la proporcionalidad de la respuesta defensiva teniendo en cuenta una serie de factores, como la naturaleza y gravedad del ataque, el nivel de riesgo para el defensor y la necesidad práctica de utilizar la fuerza para resistir el ataque.
Nivel de intensidad:
La velocidad también está relacionada con la gravedad de la reacción defensiva.
Esto significa que la fuerza utilizada no debe exceder la razonablemente necesaria para prevenir la agresión y protegerse a uno mismo o a los demás.
Aumento de la violencia:
El tribunal consideró si la respuesta defensiva condujo a una escalada innecesaria de violencia.
Si la defensa utiliza una fuerza desproporcionada que causa un daño excesivo o innecesario, se puede impugnar la legítima defensa.
Alternativas razonables:
La proporcionalidad también incluye considerar si existen alternativas razonables para evitar o minimizar la agresión sin recurrir a la violencia.
Si existen otras opciones menos dañinas para contrarrestar la agresión, la respuesta defensiva puede considerarse desproporcionada.
Valoración personal:
La evaluación de la idoneidad de la defensa requerida se realiza caso por caso, teniendo en cuenta todas las circunstancias y factores particulares relevantes a cada situación.
No existen reglas estrictas en materia de proporcionalidad, ya que cada caso es único y requiere un análisis individual.
Por ejemplo:
Si un agresor ataca a una persona con un puño, la respuesta correspondiente puede ser usar suficiente fuerza para detener el ataque y defenderse, como por ejemplo empujar al agresor.
Sin embargo, si en respuesta a ese ataque una persona saca un arma y dispara contra el atacante, causándole lesiones graves o la muerte, esa respuesta podría considerarse desproporcionada debido a la gravedad de la lesión.
La agresión no justifica una acción tan extrema.
En resumen, la proporcionalidad es un criterio importante para evaluar la autodefensa, asegurando que la respuesta defensiva sea adecuada y proporcionada a la amenaza encontrada.
El tribunal considera todos los factores relevantes para determinar si la respuesta defensiva fue proporcionada a la agresión recibida.