El término “genocidio”, también conocido como el “crimen de crímenes”, como lo acuñó el Tribunal Penal Internacional para Ruanda en 1998, tiene sus raíces en el oscuro contexto de la Segunda Guerra Mundial. Según el historiador y experto en el Holocausto, Yehuda Bauer, este período marcó la primera vez en la historia en que se implementó un proceso meticuloso cuyo propósito era “localizar, registrar, marcar, aislar de su entorno, desposeer, humillar, concentrar, transportar y asesinar a cada uno de los miembros de un grupo étnico”.
Normas del Derecho Internacional que lo prohíben y sancionan
La Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de 1948 de las Naciones Unidas es el tratado internacional que establece las pautas para definir, prevenir y castigar el genocidio. En concordancia con esta Convención, España incorporó el delito de genocidio en su Código Penal en 1971.
Este tratado internacional surgió como respuesta a los horrores presenciados durante el Holocausto nazi y los subsiguientes juicios de Núremberg. Estableció el genocidio como un crimen de derecho internacional, aplicable tanto en tiempos de paz como en tiempos de guerra. Con el paso del tiempo, varias cortes internacionales adoptaron la definición de genocidio contenida en la Convención, incluyendo el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional y los estatutos de los Tribunales Penales Internacionales para la ex Yugoslavia y Ruanda.
Tribunales que pueden juzgar actos de genocidio
A pesar de los avances que representaron la creación del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia en 1993 y el Tribunal Penal Internacional para Ruanda en 1994, no fue hasta 1998, con la firma del Estatuto de Roma, que se estableció un tribunal especial para abordar los cuatro crímenes internacionales principales: genocidio, crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y agresión. Esta iniciativa dio origen a la Corte Penal Internacional, con sede en La Haya, que comenzó a operar el 1 de julio de 2002. Esta corte, de carácter permanente e independiente, no forma parte de la estructura de las Naciones Unidas y tiene jurisdicción sobre los crímenes más graves, complementando las jurisdicciones internas de cada Estado.
Por otro lado, en el marco del principio de jurisdicción universal, muchos países cuentan con la capacidad de enjuiciar el crimen de genocidio, incluso si no se comete dentro de sus fronteras. Durante años, España fue un referente en la lucha contra la impunidad de los crímenes más atroces al investigar graves violaciones de los derechos humanos ocurridas en países como Chile, Argentina, Guatemala, China, Ruanda o el Sáhara Occidental. Sin embargo, una reforma urgente de la Ley Orgánica del Poder Judicial en 2014, impulsada por el gobierno de Mariano Rajoy, impuso notables limitaciones al ejercicio de este principio. Estas restricciones limitaron la competencia de los tribunales españoles para investigar crímenes de genocidio, crímenes de lesa humanidad o crímenes de guerra solo si el presunto autor era español, extranjero residente en España o alguien cuya extradición hubiera sido rechazada por las autoridades españolas.
¿Qué actos son considerados genocidio?
El Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional adopta la definición de genocidio establecida en la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de las Naciones Unidas. Esta definición es vinculante para todos los Estados, independientemente de si han ratificado la Convención o no. Según el artículo 6 del Estatuto de Roma, para que un acto sea considerado genocidio, debe perpetrarse con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso.
Los actos que constituyen genocidio incluyen:
- La matanza de miembros del grupo, que implica causar la muerte a personas pertenecientes a un grupo específico con el objetivo de destruirlo total o parcialmente.
- La lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo, que abarca actos como la tortura, tratos inhumanos o degradantes, violaciones, violencia sexual y otros actos que causen graves lesiones a la integridad de las víctimas.
- Someter intencionalmente al grupo a condiciones de existencia que lleven a su destrucción física, total o parcial. Esto puede implicar privar intencionalmente a los miembros del grupo de recursos necesarios para su supervivencia, como alimentos o medicamentos, o expulsarlos de sus hogares.
- Adoptar medidas destinadas a impedir nacimientos dentro del grupo, como esterilizaciones forzadas, separación de hombres y mujeres y abortos forzados, con el objetivo de eliminar el grupo.
- Trasladar por la fuerza a niños del grupo a otro grupo. Se aplica a menores de 18 años que son obligados a abandonar su grupo mediante amenazas, intimidación, detención u otros actos coercitivos.
La distinción principal entre estos actos y los crímenes contra la humanidad radica en la motivación del perpetrador para cometer el genocidio, que busca la eliminación de un grupo específico.
¿A quién se puede juzgar por genocidio?
A nivel nacional, los tribunales del país donde se haya cometido el genocidio tienen la jurisdicción para juzgar a los responsables. Esto significa que el Estado en cuestión puede llevar a cabo investigaciones, enjuiciamientos y procesamientos de individuos acusados de genocidio de acuerdo con su legislación nacional y sus procedimientos legales.
Además, el principio de jurisdicción universal permite a ciertos países juzgar casos de genocidio cometidos fuera de su territorio cuando el Estado donde ocurrió el genocidio no puede o no quiere enjuiciar a los responsables. Bajo este principio, algunos países han promulgado leyes que les permiten investigar y enjuiciar a individuos acusados de genocidio, incluso si no tienen una conexión directa con el país donde se cometieron los crímenes.
A nivel internacional, la Corte Penal Internacional (CPI) tiene jurisdicción sobre el genocidio, así como sobre otros crímenes graves como los crímenes de guerra y los crímenes contra la humanidad. La CPI puede investigar y enjuiciar a individuos acusados de genocidio si el Estado donde ocurrió el genocidio es parte del Estatuto de Roma o si el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas remite el caso a la CPI.
Medidas que pueden tomarse para prevenirlo
Para prevenir el genocidio y promover la tolerancia y la reconciliación entre grupos étnicos, religiosos o culturales, se pueden implementar diversas medidas a nivel nacional e internacional:
- Educación intercultural: Promover programas educativos que fomenten el respeto, la comprensión y la valoración de la diversidad cultural y étnica.
- Diálogo y mediación: Facilitar espacios de diálogo entre grupos étnicos, religiosos o culturales para resolver conflictos de manera pacífica y constructiva.
- Protección de derechos humanos: Garantizar la protección de los derechos humanos de todos los individuos, especialmente de las minorías, y promover la igualdad y la no discriminación.
- Fortalecimiento de instituciones democráticas: Promover la democracia, el Estado de derecho y la participación ciudadana como medios para prevenir la exclusión y la marginalización de grupos vulnerables.
- Prevención temprana: Identificar y abordar los factores de riesgo de conflicto y genocidio, como la incitación al odio, la polarización política y la exclusión social, antes de que escalen a niveles violentos.
- Cooperación internacional: Fomentar la cooperación entre países y organizaciones internacionales para compartir información, recursos y mejores prácticas en la prevención del genocidio y la promoción de la reconciliación.
Estas medidas buscan abordar las causas subyacentes del genocidio y promover la convivencia pacífica y la reconciliación entre grupos diversos.
Ejemplos históricos
Algunos ejemplos históricos de genocidios incluyen:
- El Holocausto: Durante la Segunda Guerra Mundial, el régimen nazi llevó a cabo el genocidio sistemático de seis millones de judíos, así como de otras minorías étnicas y grupos considerados “indeseables” según la ideología nazi. Tras la guerra, se establecieron los Juicios de Núremberg para enjuiciar a los líderes nazis responsables de crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio.
- El genocidio armenio: Entre 1915 y 1923, el Imperio Otomano llevó a cabo el exterminio sistemático de millones de armenios, así como de otras minorías étnicas como los asirios y los griegos pónticos. Aunque ha habido reconocimiento internacional del genocidio armenio, Turquía ha negado oficialmente que los eventos constituyan un genocidio.
- El genocidio de Ruanda: En 1994, durante un período de aproximadamente 100 días, extremistas hutus llevaron a cabo el genocidio de más de 800,000 tutsis y hutus moderados en Ruanda.
- El genocidio de Bosnia: Entre 1992 y 1995, durante la guerra en Bosnia y Herzegovina, las fuerzas serbias llevaron a cabo un genocidio contra la población bosnia musulmana, incluida la masacre de Srebrenica en 1995, donde murieron más de 8,000 hombres y niños musulmanes.
En cada uno de estos casos, la comunidad internacional ha respondido de manera diferente, desde el enjuiciamiento de los perpetradores hasta el reconocimiento oficial del genocidio y la condena de los crímenes. Sin embargo, persisten desafíos en la prevención y la respuesta efectiva a futuros genocidios.