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El presidente de la comunidad de vecinos 

El artículo 13.2 de la Ley de Propiedad Horizontal establece que cualquier individuo que sea propietario de una propiedad en una comunidad, ya sea un apartamento, un local, una plaza de garaje u otro tipo de inmueble, tiene la posibilidad de convertirse en el presidente de la comunidad de vecinos.

En las comunidades de propietarios, compuestas por todos los dueños de bienes en dicha comunidad, es obligatorio designar un presidente. La posición de presidente conlleva importantes responsabilidades, ya que representa a la comunidad y puede ser responsable legalmente en ciertas situaciones.

Para postularse como presidente de la comunidad de vecinos, es necesario notificar tal intención a la comunidad, y generalmente se lleva a cabo una elección durante una reunión. También es posible que sea nominado por otros propietarios o presentar tu candidatura.

Por lo general, el presidente se elige en una votación durante una reunión de la comunidad de vecinos. Cualquier propietario puede postularse o ser nominado, y el presidente es elegido por mayoría de votos de los propietarios presentes en la reunión. También es posible optar por un sorteo o establecer un sistema de rotación entre los vecinos para ocupar este cargo. Además, es necesario designar un vicepresidente que pueda asumir el cargo en caso de ausencia del presidente.

La duración del mandato del presidente de la comunidad varía según lo establecido en los estatutos de la comunidad. Por lo general, es un período de un año, pero esto puede variar. Por lo tanto, la elección debe llevarse a cabo anualmente y debe quedar registrada en el acta de la junta de propietarios.

La junta de propietarios representa el órgano de máxima autoridad en una comunidad, encargado de regular la convivencia entre los propietarios en relación con el uso, mantenimiento y gestión de los bienes y servicios comunes. El presidente de la comunidad juega un papel fundamental en la coordinación de estas tareas y actúa como el representante oficial de la junta.

Funciones del presidente de la comunidad

El papel del presidente de la comunidad va más allá de una simple representación legal, ya que desempeña un rol crucial en la gestión y el funcionamiento de la comunidad de propietarios. Aunque no cuenta con la autoridad para tomar decisiones unilaterales en nombre de la comunidad, sus responsabilidades abarcan una serie de funciones que contribuyen al bienestar y la armonía del conjunto residencial.

Convocar reuniones de la junta de propietarios:

Una de las tareas fundamentales del presidente es convocar las reuniones de la junta, donde se toman decisiones importantes para la comunidad. Esto implica coordinar la fecha, hora y lugar de las reuniones, así como la preparación de la agenda.

Registrar y cerrar las actas de las reuniones:

El presidente se encarga de mantener un registro adecuado de lo discutido y decidido en las reuniones de la junta. Esto incluye redactar el acta de la reunión y asegurarse de que todos los detalles importantes estén documentados correctamente. El cierre de las actas es crucial para establecer un registro histórico de las decisiones comunitarias.

Intervenir para garantizar la cesación de actividades o ruidos molestos:

El presidente tiene la responsabilidad de intervenir y tomar medidas adecuadas cuando surjan situaciones de conflicto o molestias en la comunidad, como actividades ruidosas o comportamientos disruptivos. Su función es promover un entorno de convivencia pacífica y resolver conflictos en la medida de lo posible.

Desempeñar funciones de secretario y administrador en ausencia de otras personas designadas:

En ocasiones, el presidente puede asumir funciones adicionales, como las de secretario de la junta de propietarios o incluso de administrador de la finca si no existen personas específicamente designadas para desempeñar estos roles. Esto implica llevar a cabo tareas relacionadas con la gestión administrativa y financiera de la comunidad.

En definitiva, el presidente de la comunidad desempeña un papel fundamental en la coordinación y facilitación de la toma de decisiones colectivas, representando los intereses de los propietarios y promoviendo un ambiente armonioso en la comunidad. Además, actúa como punto de contacto en asuntos legales y administrativos, garantizando el cumplimiento de las normativas y regulaciones que afectan a la comunidad de propietarios. Su rol es esencial para mantener un entorno de convivencia satisfactorio y el adecuado funcionamiento de la comunidad.

¿Es obligatorio ser presidente de la comunidad?

La designación como presidente de la comunidad de vecinos es un compromiso importante que, si bien es recibido con entusiasmo por algunos, puede plantear desafíos significativos para otros. Para muchos, asumir esta responsabilidad es una oportunidad apasionante para contribuir al bienestar y la mejora de la comunidad a la que pertenecen.

Sin embargo, es esencial reconocer que no todos los propietarios están dispuestos o en condiciones de asumir la presidencia. Para algunos, esta designación representa un desafío mayor debido a diversas razones, como la falta de interés en el cargo o limitaciones personales, profesionales o laborales que dificultan su capacidad para desempeñar esta función con eficacia.

La importancia de tener una presidencia activa y comprometida no puede subestimarse, ya que esta figura desempeña un papel vital en la gestión de asuntos comunitarios, la toma de decisiones y la resolución de problemas. Por lo tanto, la vacante de la presidencia no es una opción viable, y la Ley de Propiedad Horizontal establece claramente que la comunidad debe contar con un presidente en funciones.

En caso de que la persona designada como presidente no pueda asumir su cargo, la normativa permite que presente una solicitud de relevo respaldada y debidamente justificada a través de un proceso judicial. Esta solicitud debe ser presentada ante el tribunal dentro de los 30 días posteriores a su designación como presidente de la comunidad. Este proceso garantiza que la comunidad no quede sin una figura de liderazgo mientras se atienden las circunstancias que impiden que la persona designada cumpla con sus responsabilidades. De esta manera, se busca mantener la estabilidad y el buen funcionamiento de la comunidad de propietarios.

Causas para no ser presidente de la comunidad de vecinos 

Existen diversas razones comunes que se alegan para solicitar ser relevado de la presidencia de la comunidad, las cuales incluyen:

  • Razones laborales: Si la persona elegida enfrenta un empleo que implica viajar constantemente o estar ausente de su hogar la mayor parte del tiempo, puede solicitar su relevo presentando una justificación respaldada por su situación laboral.
  • Motivos de salud: Cuando la persona seleccionada padece una condición de salud grave o crónica que le impide cumplir con sus responsabilidades, ya sea por incapacidad física o por la necesidad de asistir regularmente a un centro de salud, puede solicitar el relevo presentando un certificado médico. La junta de propietarios tiene la facultad de eximir a quienes se encuentren en esta situación de su obligación de desempeñar la presidencia de la comunidad.
  • Edad avanzada: Aunque no existe un límite de edad para ocupar el cargo de presidente de la comunidad, una persona cuyas capacidades físicas y mentales se vean comprometidas por la edad puede solicitar el relevo, respaldándolo con una certificación médica.
  • No residir en la comunidad: Esta situación se da cuando la elección se realiza por sorteo o a través de un sistema de rotación entre todos los propietarios. Aunque no vivir en la comunidad no excluye de manera definitiva la posibilidad de ejercer el cargo, es importante considerar que una persona que no reside de manera habitual en la comunidad puede no estar al tanto de los problemas y circunstancias locales, ni disponer del tiempo o la cercanía necesarios para atender adecuadamente esta responsabilidad.

¿Puede el presidente de la comunidad ser destituido?

En numerosas comunidades de vecinos, la destitución del presidente de la comunidad es un proceso factible a través de una moción y una posterior votación en una reunión comunitaria. Los pasos y procedimientos necesarios para llevar a cabo esta destitución suelen estar claramente especificados en los estatutos o reglamentos internos de la comunidad.

El proceso de destitución generalmente comienza con un vecino o un grupo de propietarios que expresan su deseo de remover al presidente en ejercicio. Este deseo se materializa en forma de una moción presentada durante una reunión de la comunidad, en la que se expondrán las razones que justifican la destitución. Es importante que el proceso se lleve a cabo de manera transparente y de acuerdo con las normas establecidas, lo que puede incluir requisitos específicos sobre la notificación previa a los demás miembros de la comunidad y la necesidad de un quórum para que la votación sea válida.

La votación es el paso clave en el proceso de destitución. En esta etapa, los propietarios de la comunidad expresarán su opinión a favor o en contra de la destitución del presidente.

Es fundamental destacar que la destitución del presidente de la comunidad es un asunto serio y debe llevarse a cabo de manera justa y respetuosa, siguiendo rigurosamente los procedimientos establecidos en los estatutos para garantizar la equidad y la legitimidad de la decisión. La existencia de este mecanismo proporciona un medio para la comunidad de corregir situaciones en las que el presidente no cumple adecuadamente con sus responsabilidades o en las que existe un desacuerdo significativo en cuanto a su gestión.