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Las costas procesales 

Las costas procesales, también conocidas como costas judiciales, hacen referencia a los desembolsos financieros que deben ser afrontados a lo largo de un proceso legal. Estos gastos engloban una amplia gama de conceptos, incluyendo los honorarios de los profesionales que intervienen en el caso, los costos asociados a la obtención de copias de documentos, los trámites administrativos requeridos, así como cualquier otro gasto que esté directamente relacionado con el desarrollo del proceso judicial.

Por lo general, la carga de financiar estas costas recae en las partes involucradas en el procedimiento legal. Es decir, tanto el demandante como el demandado son responsables de cubrir estos gastos como parte inherente de su participación en el litigio. No obstante, es fundamental tener en cuenta que existen situaciones en las que el juez puede dictaminar que las costas sean impuestas al perdedor del juicio. En este escenario, la parte que resulta perdedora en el proceso judicial se ve obligada a asumir la totalidad de los gastos asociados al litigio, como una especie de sanción o consecuencia por su falta de éxito en la disputa legal. 

A la pregunta de para qué son las costas procesales, podríamos concluir que buscan incentivar un uso más cuidadoso y justificado del sistema judicial, así como proporcionar cierta compensación a la parte ganadora por los costos incurridos durante el proceso legal.

¿Qué son?

La Ley de Enjuiciamiento Civil recoge detalladamente lo que se comprende como costas procesales. Específicamente, el artículo 241 de la LEC proporciona una definición exhaustiva de las costas procesales, que incluyen los siguientes componentes:

  • Honorarios de representación técnica y defensa: Esto abarca los honorarios de profesionales como abogados, procuradores, peritos y cualquier otro experto que desempeñe un papel fundamental en el proceso legal. Estos honorarios son esenciales para garantizar una representación adecuada de las partes involucradas.
  • Inserción de edictos o anuncios obligatorios: Durante el curso del procedimiento judicial, pueden ser necesarios anuncios o edictos de carácter obligatorio. Estos anuncios publicitarios son un componente importante de las costas judiciales.
  • Depósitos para recursos: Para la presentación de recursos en el proceso, puede requerirse el depósito de una cantidad específica de dinero. Este elemento de las costas judiciales está relacionado con los procedimientos de apelación y revisión, entre otros.
  • Honorarios de otros profesionales: Además de los abogados y procuradores, los peritos u otros profesionales cuyos servicios sean necesarios para evaluar aspectos técnicos o especializados del caso también tienen sus honorarios considerados como costas judiciales.
  • Trámites administrativos diversos: Las costas judiciales incorporan los gastos relacionados con una serie de trámites administrativos, como la obtención de documentos, copias, certificaciones, testimonios y otros registros o informes necesarios durante el proceso legal.
  • Aranceles derivados de actuaciones requeridas: Algunas acciones específicas realizadas en el curso del proceso legal pueden generar aranceles o tarifas adicionales que se suman a las costas judiciales.
  • Tasa por el uso de la unidad jurisdiccional: En virtud de la legislación aplicable, se puede imponer una tasa por el uso de la unidad jurisdiccional, la cual se suma a las costas judiciales y contribuye al financiamiento del sistema judicial.

En definitiva, la Ley de Enjuiciamiento Civil ofrece una visión detallada y completa de los elementos que integran las costas procesales. Esto garantiza una comprensión precisa de los gastos asociados a un proceso legal y ayuda a que las partes involucradas en un litigio estén plenamente informadas sobre las obligaciones financieras que conlleva dicho proceso.

Cálculo de las costas procesales

Para calcular las costas procesales, es esencial seguir una serie de normativas y procedimientos que buscan garantizar la transparencia y equidad en el desembolso de gastos en un procedimiento legal. En este proceso, la calculadora de costas procesales desempeña un papel crucial. Para llevar a cabo este cálculo, las partes involucradas en el litigio tienen la responsabilidad de presentar de manera exhaustiva todas las facturas, honorarios y minutas vinculados al caso. Estos documentos constituyen la base esencial para la tasación de costas, un paso crucial en el proceso legal.

Una vez que el juez dispone de estos documentos debidamente acreditados, inicia el proceso de tasación de costas. Este procedimiento se encuentra detalladamente regulado en el artículo 243 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, donde se establecen los criterios y pautas para llevar a cabo esta evaluación. Es importante destacar que la tarea de realizar esta tasación recae en el Letrado de la Administración de Justicia, un funcionario del sistema judicial con la competencia necesaria para llevar a cabo esta tarea de manera imparcial.

Durante la tasación de costas, se aplican criterios específicos para garantizar la razonabilidad y justicia en los costos asociados al proceso legal. Esto incluye la exclusión de gastos o derechos que no se consideren esenciales para el desarrollo del procedimiento, así como la revisión de honorarios que se encuentren por encima de los límites legales establecidos. Además, las facturas y minutas que no estén debidamente respaldadas por justificación adecuada no serán tenidas en cuenta en esta evaluación.

El proceso de cálculo y tasación de costas judiciales es un componente esencial del sistema legal que se basa en la presentación de documentación precisa y en la aplicación de normativas específicas para garantizar que los gastos asociados a un litigio sean justos y adecuados. Esto contribuye a mantener la integridad del sistema judicial y a asegurar que las partes involucradas asuman responsabilidades financieras de manera equitativa.

Desacuerdo con el cálculo de las costas procesales

Una vez que se han calculado y notificado las costas judiciales, la persona que se encuentra obligada a asumir estos costos tiene el derecho de expresar su desacuerdo y presentar una impugnación. Este proceso de impugnación es esencial en situaciones en las que la persona percibe que el valor asignado a las costas es desmedido o injusto.

El procedimiento de impugnación, regulado en el artículo 245 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, implica la presentación de un documento escrito detallando las discrepancias que fundamentan la objeción. Estas discrepancias pueden abordar diversos aspectos, tales como la inclusión de gastos o partidas que se consideran improcedentes, la percepción de honorarios excesivos por parte de los profesionales involucrados, o la falta de justificación adecuada para ciertos gastos. Este documento se entrega al Letrado de la Administración de Justicia, quien desempeña un papel fundamental en este proceso.

Una vez que el escrito de impugnación es recibido, se procede a notificar a la otra parte involucrada en un plazo de tres días, permitiéndole la oportunidad de responder a las objeciones planteadas en la impugnación. Después de este intercambio de argumentos, la Administración judicial emite una nueva resolución. En esta nueva decisión, la Administración puede optar por tres cursos de acción:

  1. Mantener las costas judiciales impugnadas en la forma en que se habían calculado originalmente, si se considera que la objeción carece de fundamento.
  2. Realizar modificaciones en las costas en respuesta a las objeciones planteadas, si se determina que existe alguna justificación válida para ajustar los montos de las costas.
  3. Desestimar las impugnaciones en su totalidad, en cuyo caso la persona que presentó la impugnación deberá asumir los gastos originados por esta nueva actuación, lo que refuerza la necesidad de que las impugnaciones sean fundamentadas y respaldadas adecuadamente.

El proceso de impugnación de costas es un mecanismo esencial para garantizar la equidad y justicia en la determinación de los gastos asociados a un procedimiento legal. Proporciona una vía para cuestionar y, cuando sea necesario, rectificar cualquier exceso o error en la valoración de las costas, asegurando así un funcionamiento más justo y equitativo del sistema judicial.

¿A quién pertenecen las costas procesales? 

En principio, a lo largo del proceso judicial, cada una de las partes está obligada a sufragar los gastos que se generen. Sin embargo, el desenlace del caso, como se refleje en la sentencia, puede dar lugar a varios escenarios distintos.

Uno de los posibles escenarios es aquel en el cual el juez considera parcialmente válida una demanda o tiene dudas sobre los hechos, lo que resulta en el mantenimiento de la obligación de pago de costas por parte de cada parte de forma independiente.

En otro escenario, el juez puede imponer una condena de costas, lo que habilita a quien haya obtenido éxito en todos sus pretensiones a reclamar del litigante contrario los gastos judiciales en los que haya incurrido.

Por último, si el demandante no logra alcanzar sus objetivos en sus pretensiones, es posible que deba asumir el costo total de las costas si así lo dictamina el juez en su sentencia.

¿Quién puede impugnar las costas procesales?

Cualquiera de las dos partes en el litigio tiene el derecho de solicitar la impugnación de las costas judiciales, dependiendo de su posición en el caso:

En el caso de un litigante condenado a pagar las costas, la impugnación surge al recibir la notificación de la condena de costas y la tasación de éstas, cuando se considera que se han incluido partidas indebidas o se han fijado honorarios excesivos.

En el caso de un litigante que ha tenido éxito en el litigio, la impugnación se presenta cuando se observa que faltan conceptos o gastos en la tasación de costas. Por ejemplo, podría haberse producido un error en la presentación de partidas, y es necesario añadir costos en las respectivas minutas.

¿Es posible negarse a pagarlas? 

El cumplimiento de la obligación de pagar las costas es un aspecto ineludible dentro del marco legal, y las personas responsables de este desembolso no tienen la facultad de negarse a hacerlo. No obstante, es importante destacar que, en cualquier situación, aquellos que deben asumir estas cargas económicas conservan el derecho de presentar una solicitud de impugnación debidamente fundamentada.

En el contexto en el que se ha sido condenado a pagar las costas del proceso, se otorga un plazo de 20 días hábiles para llevar a cabo el pago de manera voluntaria. No obstante, si el desembolso no se efectúa dentro de este período, la otra parte involucrada tiene la opción de recurrir a los tribunales para solicitar la ejecución forzosa de la orden de pago. Este proceso de ejecución se lleva a cabo para garantizar que las obligaciones financieras sean cumplidas de manera efectiva, protegiendo así los derechos y acuerdos estipulados en el proceso legal.

Plazos para reclamar las costas procesales 

Una vez que se haya emitido una sentencia firme, el juzgado dispone de un plazo de 5 años para llevar a cabo la tasación de las costas procesales. 

Posteriormente, se establece un período adicional de 5 años para la presentación de la solicitud de pago. En caso de que el obligado no realice un pago voluntario durante este período, se deberá presentar una demanda de ejecución forzosa en el juzgado para asegurar la cobranza de dichos costos.